Seleccionar página

MIGUEL MORENO MATEOS

Madrid, 1978

Urban Skin

El punto de partida de este proyecto es la relación entre patrones urbanos y cultura. La ciudad se desarrolla en el espacio en un plano horizontal y otro vertical. En el plano horizontal podemos ver cómo el modo de generar ciudad ha evolucionado en los últimos siglos de manera alarmante. Hasta no hace mucho, nuestras ciudades han crecido como la traducción de nuestra cultura y nuestro modo de socialización en un proceso natural y orgánico. Este fenómeno ha cambiado drásticamente en los últimos siglos, y ahora las ciudades se planifican de acuerdo con conceptos cambiantes de ciudad sumado a los efectos de la globalización. Esta traumática realidad está invirtiendo este proceso. Ahora son las ciudades que construimos las que definen nuestra cultura y modo de socialización, y no al contrario, haciendo el mundo cada vez más uniforme, a la vez que nuestros espacios urbanos se convierten en zonas de experimentación donde nuestra identidad local tiene que luchar contra estructuras urbanas impuestas. Todos estos procesos están sucediendo localmente, pero en todo el mundo y de una manera uniformizadora.

En el plano vertical, la ciudad está estratificada por usos, pero todas tienen en común el plano original del terreno donde la topografía y la tierra nos hablan del pasado y también del futuro. Esta es la razón por la que el suelo será el material que voy a utilizar para cuestionar esta compleja realidad.

Las pinturas utilizadas en esta instalación son tierras naturales extraídas a mano de diversos puntos de la península ibérica. A modo de pintura rupestre he elaborado sprays con los que he dibujado la huella de Madrid, utilizando las diferentes tipologías de manzanas de la ciudad para contar cómo diferentes tipos de desarrollos implican diferentes tipos de modos de socializar. El proyecto plantea un desarrollo orgánico en el que la ciudad y el mural van evolucionando espontáneamente y adaptándose al espacio y no al contrario.

El hecho de trabajar con pigmentos naturales y alcohol hace que este trabajo sea totalmente impermanente. Como parte del concepto, el tiempo convierte a las ciudades en un sistema en evolución natural, que cambia con el tiempo y el clima, y ​​el mural lo hará con la lluvia, el viento y la interacción con la gente. El mural se convertirá en polvo con el tiempo, por ser polvo de donde proviene.